31.8.06

literatura de los principios

me flaquean los músculos y necesito dormir.
vuelvo a concluir que escribir acá es amateur, es tonto y epigramático, es para nada.
vuelvo a leer que mi versatilidad plumífera, o mejor dicho la elasticidad de mi pluma, es cada vez más estrecha:
ejemplo:
siempre mi mismo y soporífero hipérbaton
el mismo y siempre hipérbaton soporífero mío

asumida tal realidad, decido imaginar a los tumbos una novela familiar sobre 'Los Fellinis'. Ya tengo considerados elementos tramáticos (un moderado emporio familiar, ciertos viajes, la muerte del patriarca, un accidente de infancia que marca la vida de dos hermanos, profesores de literatura que escriben mal, amores imposibilitados y amores lunares, etc.) Y tengo también, que no es poco, un buen detalle de los personajes nucleares, cuyos nombres podrían ser los siguientes:

León Herbívoro
León Enjaulado
Gato Encerrado
Gato sin Cascabel
Tigre con Una Mancha Más
Gata Parda de Noche
Gata Flora

En fin, ya veremos en qué cosa deviene la cosa.

24.8.06

existencialismo: dos trompetas

trompeta 1:
Es que hoy he visto al pasar, en un par de segundos microcentros, a ese trompetista con mil aires de Willam Dafoe, ese trompetadafoe que ya había visto algunas otras veces tocando en la peatonal plena o en unos pares de bares del bajo. Hasta que dejé de verlo, solía verlo siempre ejecutando sus swinges, su standards millón de veces oídos, o alguna vez se aventurándose medio beboper o tal vez ni sabiendo qué hacía, pues quién sabe qué sabía de sí mismo el tal trompeta ése.
Pero esta vez el trompetista-dafoe no llevaba encima su bronce enfunda y ni visible la boquilla requerida. En cambio, llevaba muy encima y bien visible un bebé rollizo, de como un año, de piel enrojecida y pelo rojo. Cargado en brazos, el bebito bermejo manoteaba el aire, agitaba las manos sobre la cara del trompeta, que a su vez sonreía apartando la cara de las manitos ignaras con la propia cara suya. Y así es como caminaban, con el trompeta queriendo ir viendo dónde él y él otro encima de él pisaban juntos.
Tan sólo eso, pero lo que quiero decir es lo que me suena como un signo o como una sordina de los tiempos: Justo ahí, habiendo visto yo tan poco antes semejante escena y en lugar de preguntarme por mi propia existencia y la de algún todo (i.e., la existencia del microcentro, la de los sonidos, la de la infancia), más bien me dio por preguntarme si la madre del niño sería también pelirroja, y de inmediato me pregunté también si lo rojo del pelo de cierta gente traspasaría generaciones: si cómo gen te dominante o gen te recesivo. Y no supe decir nada, claro, porque ni media idea.
Ahora, ya sin microcentro, me pregunto más bien porqué no me pregunté otra cosa en ante aquella módica epifanía, o más bien se trata ahora de acordarme de qué me pregunta hubo.
Ahora, en realidad y ‘oh pulso misterioso’, más bien me pregunto si o cuándo podré ver una vez más al trompetista-dafoe tocar sus éxitos existenciales , y si será con su bebé o con su bebop, o si será con ambos. Oh jazz rollizo, oh rojo swing.

trompeta 2:
Pasa que uno de estos días, Ruiz, el Señor Ruiz, el ruiseñor, mi compadre ese Ruiz, sin importarle ni medio su impertinencia ni la importancia de lo actual mío, se acoda se ensimisma en cualquiera mesa formicada y, tan melancólico y falaz que repugna tanto como convoca, me viene a decir una mención habitual citada por su amigo El Palta. Me dice ruise que El Palta (de quién sé que nació casi cuando yo) suele mencionar siempre a 'el cigoto cegato ése' (sic y sick del Ruiseñor) de la siguiente manera:
“Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach.”
Después citarme la cita, el Ruiseñor me aclara fervientemente que nunca ha envidiado a nadie. Afirma que ni siquiera ha envidiado a aquellos que se bañaban con sólo mover un ápice de un grifo mientras él, pobrecito niño Ruiz, iba de cortar leña para calentar el agua en la olla para llevar la olla hirviendo al baño para vaciar jarro tras jarro todo hasta enjuagar cada rincón de su epidermis antes toda enjabonada. Con esto quiere confirmarme que ni siquiera entonces envidió los calefones, ni más tarde las estaturas de nadie, ni nunca las supuestas profundidades, ni la electricidad, ni las telas ni la tez ni el amor ni los amoríos ni la nada de nada de nadie. Y, asegura ruix, todo fue así hasta hace unos años, momento en que le ocurrió el arribo accidental de una 'pelusa fatal' para su ánimo, un hallazgo fatal que le aposentó en su persona otro pecado capitalizado, otro más y justo ése.
Sólo entonces, después de tanto prólogo, el Ruiseñor (sin importarle a él cuánto me importe todo esto) me secretea el remate: me dice Ruise que desde ahí carga una envidia, y que es además una envidia feroz y definitiva. Según dice, se trata de 'una envidia de lo vibrante, de lo vocal, de lo azul y hasta de lo jopo'. Así dice, confesando así que simplemente es eso lo que le ocurre y comentando al fin que lo ha podido reescribir del siguiente modo:
“Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyos... bueno, no he sido nunca Chet Baker”.

8.8.06

gente que busca gente

nota preliminar: ¿Servirá esto para esto?

Salteño querido, ¿dónde estás?
Apenas si se me aparece que el nombre tuyo era Iván (¿era?), pues para mí había un deleite de porteñismo altivo en llamarte gentilicia y solamente' salteño'. Y casi nada más, salvo la pensión lumpen de la calle Colombres, la droga esquiva y abridora de desolación, la literatura que como viaja por negras cañerías, el tío canoso feligrés de los Residents y unos versos de un poeta amigo familiar (a ése si que lo encontré) que provocaban tu proselitismo más incendiario, de puro niño norteño encrespado, salteño querido:
'Serenamente digo: soy un ángel,
y me debes creer...'

a estas alturas ya deberías saber que ése era un menesteroso arte menor, querido salteño, un apenas par de versos que nunca servirán ni para pagar un almuerzo.
igual:

si alguien conoce a alguien con tales señas, díganle que llame ya, avísenle que escriba.

6.8.06

chiste chico*

Dos jardineros están en silencio, hasta que uno le dice al otro:
-Hablemos mientras podamos.

Sin el salvavidas del humor, sin ese chaleco acuoso que nos ampara de lo en serio, sin esa distancia que tiene la gracia abigarrada, aberrante y autista que hay en cada lado
cuán carne de suicidio seríamos, ¿verdad?

*gracias a RF por el título y a LK por el chiste

26.7.06

mis montañas

sería un canje de varios miles de cosas y luego una permuta radical a lo vegetal.
a pesar de todo, se esperan socios ilusorios para abordar algún día de alguna manera este lugar.

5.7.06

retorno de la cosa líquida

Qué alivio estar a tiempo.* ** ***
Ocurre que, en un rato solo nocturno de esta cadena de días de mala baraja cósmica, y contando con un presente ánimo de 'no televisión' y de 'nada será televisado', ya había alcanzado j.j. una buena cantidad de folios llenos, todos y cada uno escritos como en una catarata compulsa de la cosa líquida que resulta ser el escribir (líquida cosa que evidentemente debería hacerse en mayor o mejor medida), folios ésos donde se decía una también compulsa de párrafos que relataban la última y abatida visita del Ruiseñor a la casa de la calle del hombre del pararrayos, casa que hay que decir que parece ser hoy una afiebrada casita de muñecas febriles.
Pues, en fin, ahí se decía también sobre todo el uso de los participios que tangueramente hace S. Ruiz cuando se abate, asunto este que, de pura compulsión o compulsa, llevaba a cien miles de miles de notas al pie (todo muy Real de Azúa) y desde aquellos pies que no sobre la tierra llevaban aquellas notas aéreas, a su vez, a una teoría de la lengua y del habla, y de ahí a una teoría de la literatura había un pasito que por suerte líquidamente se ha diluido, bien porque era muy tarde o bien porque es tarde.
Y qué alivio hacer cosas con las manos y haberse comprado una lupa, y qué alivio que el Navokov que haya dentro del gallo sepa que deberá esperar su espera (porque ahora mismo j. j. tiene que termometrar una fiebre probable), y qué alivio que L. le haya guardado al gallito unos terapéuticos números de teléfono a los que llamará ya, mañana, de parabienes.

* j.j. anota su agradecimiento acorazonado por el hecho de que sigan pasando por su cubil esos tales cuatro o cinco lectores tribales, parroquianos de mi aquí hechos de piedra imán, y bien también les ruega que sigan pasando por.
** j.j. agradece a T. el agua bendita que le diera en un frasco de sales de baño, agua esa que serviría para el inmediato retorno de la energía necesaria para calentar todas las aguas no benditas (o biendichas) que usa a diario su casa de muñecas febril, niñas febriles.
*** j.j. agradece a PP. que le haya dado a leer un párrafo de calvino sobre la humanidad del agua, y agradece el haber leído el párrafo acuoso y humano.

28.6.06

días pasados, comentó de pasada este gallo...

días pasados, comentó de pasada este gallo con el sr. GG y en tránsito casual oficinesco la validez que puedan tener las traducciones de ciertos poetas de más de dosmil, oh, dosmil años atrás, y ahí al pasar dijimos que más valía ejercer la duda sobre todo el asunto, ya pues que ni mi latín terciario ni su griego escolar valían en nada para andar comparando a esas alturas decisiones verbales de unos señores tan pero tan diligentes.
en suma, aconteció en ese intercambio un palabrerío bastante inútil que no suma ni un punto a ningún score de vida interior ni de la sociabilidad, pero aún así le sirvió al gallo que esto escribe para buscar y encontrar un rato más tarde este librito (libellus, nugae, dice su autor mismo), de cubierta dura que imita cosa calcárea, de traducción comprada a gredos (asunto éste también comentado con GG) que aceptamos como quien no quiere la cosa como que así se habrá dicho (a pesar de la picazón vosotrosera del español peninsular):

“Acudid, endecasílabos, todos cuantos hay de cualquier parte, todos cuantos hay. Esa puta desvergonzada me cree su juguete y se niega a devolverme mis apuntes, para ver si podéis aguantarlo. Persigámosla y exijámoselos. Preguntáis quién es. Aquella que veis andar de forma desvergonzada y reír como un mimo molesto con boca de cachorro galo. Rodeadla y exigidle:
¡Puta asquerosa, devuelve las tarjetas; devuelve, asquerosa puta, las tarjetas!”

(Catullus, 'Poemas', 42 11-12)

27.6.06

20:37 evasivas

más clemencia me da a mí*
tal que propio es el disgusto de las terminaciones nerviosas digitales,
que por ahí van de danza de gala en su mecánica danza,
puestos al empleo de combinar veintiocho o algo curvas distintas de dictado
nervioso y espacial de sus necesitados espacios liberales,
cuanto que el empleo es el mismo, aunque de aquel 'pero gano un sueldo de cinco soles',
cuanto de las ventanas nuevas que no sino agujeros de plétora** de estática,
que cuanto mucho deseo más danzan ellas en esto torvo, la idea:
que deseo cuanto mucho,
que cuanto mucho deseo de no ser asido a la fotografía final con todas las letras,
que a veces cuanto mucho deseo
más inclemencia, mas me dejan o me dejan mucho que desear.

* se suplica también se cuente se comprenda la plétora mundialista: nada más hay
** exceso de sangre o de otros humores

9.6.06

Castilla

La tal Slish sigue invadiéndome a versos magnéticos malísimos, y yo todo pobre e imposible me aprecio para hacer nada al respecto.

Pues nada que hacer, quiero decir.
O más bien lo único que me queda es una discordia dicha por el muy salteño Manuel J. Castilla, que tendió este diálogo con un tal citadino y advenedizo señor que quería decirle sus rimas en plena noche norteña:
―Voy a decir una coplas ―anunció el porteño.
―Te voy a cagar a coplas, yo a vos ―respondió Manuel.

Y encima de la bravura y el ingenio, tantas lindas canciones tiene Castilla.

5.6.06

mis amigos miradores

digo que nunca quisiera ser agencia cultural aquí –porque quién soy yo para, porque esto está tan tan repleto de agencia y porque también me fallan las ganas– pero hoy termino recomendando estos dos amigables miradores:

Película: Baixo erotism
sólo el jueves 8 de junio. en Casa Brandon: Drago 236. a las 21:00

Obra: La falda infame
domingos a las 19:00. en el Camarín de las musas: Mario Bravo 956

eso es.

26.5.06

el estilo es el hombre

llegó carta del ruiseñor.
aunque mi camarada S. Ruiz vive a pocos pasos de casa, suele ser visita sólo para consumirme las cosas,
y entonces las cosas que quiere decirme me las dice con unas cartas semi semanales, todas siempre muy extensas, opacas y quebrantadas, que a veces me insultan pero las más de las veces más me agobian, me gustan.

En este caso, S. Ruiz me decía demasiadas cosas de algunas cosas tales como sus pergeños de nuevas teorías (el ruiseñor viene con teorías como los relojes vienen con engranajes: están ahí, marchando, pero no podrían nunca decir la hora;
los engranajes nunca son la máquina)
En este caso, venía a oleadas una ‘teoría de la gente alta’ (‘cadena evidente entre lo químico y lo conductivo’, decía la carta)
y también, más ceñida, una ‘teoría de la luz’

De la luz, decía Ruiz que ‘fenómeno molecular, ondulatorio o cuántico: no importa’,
decía que ‘las cosas tienen luz adentro’ porque ‘las cosas, brutales, se devoran la luz, toda la que puedan tragar’,
decía que ‘no importa tanto Rembrandt’,
que ‘la luz blanca, su excelencia burguesa por excelencia’,
que ‘los tubos fluorescentes de luz animal, pero no importa’,
decía ‘que el barbarismo lumínico de las avenidas no nos importe’,
de las halógenas o dicroicas decía que ‘las luces posmodernas parecen pintar con calor-pop-art, como que no les importa’,
para después decir o terminar de decirme que ‘sabelo bien, querido: tanto mejor trabajar con luces que con palabras’

Al fin, toda esa romería daba paso a uno de los mentados finales oraculares afines al recorte con todo lo otro que había dicho, esos típicos fines que Ruiz siempre elige para glosarme un tango.
Este tango de esta vez decía que ‘no andes goteando amargura’,
y ‘que ya sabemos muy bien que no hay que hacer’ (lindura que acopio a pie juntillas, pero preguntándome, de todos modos, si sabemos bien ‘lo que no hay que hacer’ o si sabemos bien ‘que no hay nada por hacer’: ay con la polisemia pobre del pobre pronombre relativo).

Y después la firma del tan señor: s. Ruiz.

Como dádiva, en posdata y con un aire suyo muy condescendiente y malo, el ruiseñor se refería a este bloc y al conjunto de bloques en general como un ‘mundo de inconsistencia cárnica’
y se auguraba a sí mismo un ‘jamás nunca tener un blog’ porque, decía,
‘el gordo pelotudo tiene un blog y yo no quiero ni media comunidad de nada con el gordo pelotudo’

Ya ido a recostarme al rescoldo de algún sosiego, dejada la carta y todo lo demás, me pregunto una cosa y me digo otras cuatro:

me pregunto por la identidad del ‘gordo pelotudo que tiene un blog’ (aunque ya tengo un referente bien razonable en la exfábricadecigarrillos480),
y mejor de inmediato me arropo y me digo, o más bien a todos de todo este ‘mundo de inconsistencia cárnica’, y al mismísimo Ruiz, nos digo de a cuatro cosas:
que lejos de la literatura es cuanto más cerca,
que los engranajes nunca son la máquina,
que están quienes trabajan con luces
y los que apagan las luces para que duerman los otros.

lost & found

primero lo encontré en busca de otra cosa y pronto lo perdí y de nuevo lo encontré.
se sabe todo recargado, en exceso y neologismero hasta casi el silenciarse de su propio arte menor.
aún así, El Raúl sí escribe muy bonito.

14.5.06

lo que son las cosas

Ya en la calle después de anotar lo anterior, me apeo a la vereda soleada -para combatir un frío suave que me agarra- y llego caminando hasta la plaza más nueva del pueblo, frente a la intendencia. Quiero sentarme comer y a leer trivialidades culturales o deportivas de domingo, eso es lo que quiero. En el puesto de diarios, compro el pasquín- pero-progre de buenosaire, con sensación de extranjería por los U$40. 'Viene con libro de regalo', me dice la mujer y me da todojunto. Al ver la cubierta roja y blanda del regalo, también viene recuerdo haber conversado días atrás sobre el poeta y haber copiado en este mismo lugar, de manera compulsa, algunos de sus versos inmensos.
Me siento a comer, dejo a un lado el periódico pérfido y revuelvo al azar las hojas del libro (cuantioso regalo, tres libros en uno). Como y, cómo no de otro modo, encuentro conjuntos tantas veces recorridos, leídos, ausentados y vueltos:
'Hoy me gusta la vida mucho menos'
'Hasta el día en que vuelva y hasta que ande el animal que soy, entre sus jueces'
'Entre el dolor y el placer median tres criaturas'
'Me viene, hay días, una gana ubérrima, política'
Encuentro también el bestial tractatum poeticum que le prestó unas líneas a 'my profile'.
Termino de comer al sol medio apurando el frío, cierro el libro, pago lo comido, cargo en un costado el diario no leído, camino algunas calles calle abajo, entro por la puerta de una vidriera publicitaria de telefonía, me siento y anoto esto mismo, esto, otra vez lo mismo.

Nada que hacer con lo que son
las cosas.

la retirada

Leo lo que colgué días pasados.
De mi cuantioso palabrerío relativo al irse y al silencio:
desconsuela tanto taconeo verbal de lirismo desbocado, fataloide, esquivamente barroso.

Igual, me consuela que por vez primera este lugar sea bitácora (id est, escritura de algo que se mueve):
pues aunque finalmente no me mandaron ni a Santiago ni a Valpo y, tanto peor, tuve que rehusar gallardamente una invitación a NYC, desde ayer estoy cruzado el ríocolordeleón en esta aldea decorada al colmo: todos los pisos de pura piedra, luces ambarinas, cachilas con mesas con cenas con velas, prójimos de a cada paso una foto, turistas en moto.

De mi vocabulario mínimo relativo al volver:
llevo un billete con Torres García, una grappa tannat y, para O,
una sombrillita de papel,
que es una linda japonería
que bien Rubén Daría.

12.5.06

copiado

no quiero copiar no quiero, pero copio y estoy yéndome de este lugar y ahora,
pero antes, cristo, copio (como terquedad o la manía).
mi madre (forma escrita de mamá) me contó del poeta éste hace unmil años,
y éste finalmente, tantas vueltas dadas,
es el poeta que de a veces
es para mí igual a todo lo que pueda decirse.
apenas hay como decir qué agradecido voy, aunque claro que así se diga muy distinto y mejor
sin estar tanto agradeciendo:

"
Todos los días amanezco a ciegas
a trabajar para vivir; y tomo el desayuno,
sin probar ni gota de él, todas las mañanas.
Sin saber si he logrado, o más nunca,
algo que brinca del sabor
o es sólo corazón y que ya vuelto, lamentará
hasta dónde esto es lo menos.

El niño crecería ahíto de felicidad
oh albas,
ante el pesar de los padres de no poder dejarnos
de arrancar de sus sueños de amor a este mundo;
ante ellos que, como Dios, de tanto amor
se comprendieron hasta creadores
y nos quisieron hasta hacernos daño.
"
Flecos de invisible trama,
dientes que huronean desde la neutra emoción,
pilares
libres de base y coronación,
en la gran boca que ha perdido el habla.

Fósforo y fósforo en la oscuridad,
lágrima y lágrima en la polvareda.

CV, 1922

quemú quemú

dejé sarmiento y anchorena esta tarde de un día transtornado y elocuente y malo. las calles un plenario de cientocincuentamilmillón autos que no se mueven en nada, y así bien el gallito muy pedestre hasta córdoba y luego por la misma córdoba hasta el vallado policial y tras ahí bomberos, same, patrullas, más same. gentes corren y gente mira arriba, todos con la cara de sin culpa alguna o sonrisa y morbo.
sé que no me quiero preguntando a viejo calvo qué pasó, pero al fin la duda se me va escurrida y sin culpa y morbo.
entonces dicen que hubo gran quemazón del último piso de torrecita, justo sobre videoclub que inhibió a CS, al lado justo de comida india cara cara picante.
miro arriba: ya no se ve nada salvo lo que se huele.
pasado eso, la avenida es un desierto amable de ánimo bastante bien iluminado.
un taxi: sé qué no me quiero preguntando señor se puede fumar quiere fumar, pero la convivencia al fin se me va escurrida.
y todo es así hasta que al fin al fin me deposita en mi Cocorito Norte,
en mi calle nombre del hombre
del pararrayos
de los refranes puritanos.

y todo fue así para llegar a pontificar de qué o ver qué dé la tevé o irme denuevo adónde,
previa consulta grijalbo, previo reserva san juan.

donde digo digo, digo diego

Hago una permuta diminuta que contradice -sólo de manera somera- mí política del maldecir acá -nunca cambiar ni media coma de lo puesto-, aunque pero ruego entiéndase bien:
llamó aterido amigo, casi preocupado, porque esta entrada le sugería que algo así como una horda nazi me estaba amenazando (y también temía él que a él mismo, dijo, aunque no sé si transitiva o atávicamente o por qué).

En fin. Creo yo que él leyó mal o que yo dije mal, o ambas cosas a dúo.
Aún así, la cosa merece enmienda. Entonces:
donde dice SS, léase Silvia S.
donde dice 'miedo', léase 'molestia'.

Por último, me asiento en el conocimiento general que supone que nadie quiere a uno derrepente matarlo: ¿Serán ésas buenas o malas nuevas?

3.5.06

fábula para asunción

Quédense a un costado mis colegas inmanentistas, sólo por un rato.

Había una vez, a finales de un siglo, un hombre que se llamaba Asunción en algún lugar de su nombre y en un lugar llamado Colombia.
Pues bien, lo que se cuenta es esto: que lo bello y delicado del hombre no llegó a evitar nada de lo que sucedería.
Un día, Asunción le solicitó a su médico, con convicción suficiente, que dibujara en lápiz sobre su camisa un corazón en el lugar justo donde estaba su corazón verdadero.
Unas horas después, con la misma camisa blanca dibujada puesta en él, tirado él en la cama, Asunción se atestaba ahí un balazo de smith & wesson final para sus años durados.
Un año antes, Asunción había perdido en un naufragio literal y atlántico su única novela, y también se habían aguado tal vez sus ganas y su salud para siempre.

Ahí moralesa: 'No demasíes tanto en leer o en escribir, que todo en algún naufragio se puede ir o perder'

1.5.06

de los blocs y del silencio

pasen y vean, navegadores de la novedad
esto, lo que no es un género, no, ni es un registro. apenas si hace las veces
de libreta, nada comunal nada privado.
hace rato navego esta la novedad, y al cabo de tenerla
mas
lo mejor que veo viaja hacia el silencio.
lo único fuerte es lo que viaja hacia el silencio.
lo único del todo no falaz es el silencio.
esto y esto y esto
es lo más que tira
desordenar
paradentro.


no se quiere uno críptico.
no se quiere noticiario.
no tecnopatológico, ni avieso social ni condenado a la negrura*.
dice pp que 'sólo quizás mejor quedar leyendo'
o me digo yo que escribir como 'no podermiento'**
o que la única peripecia de ir hacia el silencio***.

en cualquier caso
(en todo caso),
tan nos gustaría llegar a tal paz:
silencio.


*otra vez mi padre: esa negrura bien podría ser 'uno de los beneficios secundarios de la enfermedad'.
**otra vez el polaco.
***otra vez el irlandés.

24.4.06

fiambre enlatado hecho con carne de cerdo y poesía

Entre el últimamente devastador número de mensajes espamosos que atestan la casilla (relojes de lujo, programas de gestión-control y valores, diversísimas píldoras, ipod nano de 2gb o 4gb, cursos de oratoria 'habla para que te conozcan', erecciones con cuatro pulgadas adicionales, ofertas de viajes imposibles, et caetera), acaban de llegarme unos spam-versos, con el nombre de 'Seguirás cantando', que no transcribo porque casi seguro me asaltará un aguacero estomacal. Nadie me vendía nada: tan sólo palabras, blancos, palabras, en una combinatoria bastante desatinada, todo decorado con una muy abominable animación de la clave de sol
dando vueltas al lado.
Una tal Silvia S. (alias Slish) firmaba esa pavura*.
Por mi parte, lo primero fue tener risa, luego tener molestia y luego escribir esto de arriba.

*En cualquier caso, sslish, pienso que sería firme devolverte de la propia medicina (y vaya lo mismo para el que le quepa el sayo, que ciertamente le cabe a más de un parroquiano de cocktails literarios).

You have just received a postcard from someone (WG y FdQ) who cares about you, y las postales para ti dicen lo siguiente:
“Lo que difícilmente aguanta mi naturaleza es el extracto farmacéutico y depurado de la poesía que se llama 'poesía pura' y, sobre todo, cuando aparece versificada. Me cansa el canto monótono de esos versos, siempre elevado, me adormecen el ritmo y la rima, me extraña dentro del vocabulario poético cierta 'pobreza dentro de la nobleza' (rosas, amor, noche, lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión y todo el grupo social que a él se dedica padecen de algún defecto básico.”
WG

“Quien quisiere ser culto en sólo un día, la jeri (aprenderá) gonza siguiente: fulgores, arrojar, joven, presiente, candor, construye, métrica armonía; poco, mucho, si no, purpuracía, neutralidad, conculca, erige, mente, pulsa, ostenta, librar, adolescente, señas, traslada, pira, frustra, arpía; cede, impide, cisuras, petulante, palestra, liba, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos, livor, adunco y poro.
Que ya toda Castilla, con sola esa cartilla, se abraza de poetas babilones, escribiendo sonetos, confusiones; y en la Mancha, pastores y gañanes, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades con migas.”
FdeQ

22.4.06

el soliloquio como derecho adquirido

¿Qué vamos a hacer con los saludables?
Enfermarlos, claro.

Metiéndoles un sonsonete impúdico en la cabeza,
con el desprecio que tiene un rey a punto de morir,
como impíos,
como montando un pesebre en otoño.

Mi amigo el ruiseñor, el mejor oidor de tangos que existe, me recuerda ‘la nocturna verbena’ y ‘a quién le puede importar si he sido bueno’.
Tanke, Ruiz.

Por lo demás, ‘Leaving Las Vegas’ me simpatizó bastante...

21.4.06

copiado

¿Tener conciencia es más que tener color?
Puede ser y puede no ser.
Sólo sé que es diferente.
Nadie puede probar que es más que sólo diferente.

19.4.06

víctimas de víctimas

Hace algunos días, por la tarde, en la calle Gallo.
Una mujer joven sale con aspecto impaciente de una farmacia. En el umbral, gritonea en dirección a alguien que permanece en el negocio. La mujer está inquieta.
—¡Electra, vamos! No, Electra... ¡Tenemos que irnos ya! ¡Electra!
Apelada por tanta urgencia, finalmente Electra sale de la farmacia. Puchereando con su raya al medio y sus trenzas, vestida todos sus seis añitos de verde manzana, Electra se va con su madre en la mano y con su pesada mochila de Hello Kitty en las espaldas.
Semejante iluminación trágica en pleno presente puede resultar cómica, pero juro que me asaltaron algunas ganas de llorar junto a madre e hija por, ay, lo que el futuro pueda depararles.

18.4.06

gracia menor

Aquí, un buen amigo me aclara que no le gusta el Policlínico Bancario por culpa de un padre. Pues bien, digámoslo así: en estrictos términos toponímicos, el Policlínico Bancario es Paternal.

14.4.06

hasta pronto para los emilios

Hace un tiempo quise dejar de fumar, pero hoy otra vez fumo.
Después de transitar tales y cuales marcas, regresé a Millis Phorris por dos razones: la una es abaratar costos y la otra, más nueva, es que el Tom busca ganarse una Gibson Les Paul, premio que la marca en cuestión dice entregar y para el que necesita la pieza nº 1 del rompecabezas promocional. En términos probabilísticos no hay modo de tenerla (pues seguramente es la ‘pieza imposible’), pero ahí vamos todos desmembrando atados a ver si adentro aparece un pasaje a ese extraordinario mandolín dorado.
Otro pasaje dice que, aunque el Tom fuma esa misma marca años ha, en muy breve estará armando sus propios cigarrillos genéricos: sucede que el Tom viaja, tal vez por mucho tiempo, a un continente donde el tabaco corporativo cuesta un ojo de la cara del cuerpo de cualquier sudamericano.
El Tom se nos va con la Mili, que también es fumadora de Millis Phorris (y es quien me refirió por primera vez la baja en el precio de la marca). Vale decir que la Mili tiene un corazón cuyano de dimensión planetaria.
La Mili y el Tom se llaman, de primer y segundo nombre respectivamente, Emilia y Emilio. Los Emilios (llámeselos así, con el universal masculino) son gente suave, joven y musical, muy consonante, de una encantadora melancolía o romanticismo perezoso.
Entonces ahí se nos van los Emilios, como tórtolos amados a fumar armados. Se llevan en las alforjas armonía y complicidades, trajines de risa y mandatos obedecibles y desobedecibles, voracidades que son de él y de ella, con ganas de no cargar demasiado en la alforja y de desvivirse un continente vivirse un contenido.
Es así: los Emilios se nos están yendo una de estas madrugadas, de Ezeiza a quién sabe dónde. Los tórtolos, yéndosenos a quién sabe qué y qué importa que Ítaca suya*.
Todo es hondo, Emilios: tanto los queremos tanto ir como los queremos volver.

Y, en la espera, mi quimera quiere conseguir una Les Paul dorada adentro de un atado, para que la música tras la puerta nunca falte.
O bien podría yo dejar de fumar.


* lamento si fastidia, pero tengo que copiar estos versos transitadísimos de KK:

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo (...)

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

12.4.06

inverso se busca

Alguna vez vi, paseando al sol por una feria de libros usados, un diccionario inverso. Lo primero que pasó fue que creí haber encontrado una perla de la ridiculez: un diccionario sin ninguna consistenecia alfabética, tal vez construido a partir de un criterio por completo arbitrario y opaco elegido por el autor, lo cual negaba la propia categoría que lo incluía (id est, diccionarios). Minutos después, me defraudó encontrar en el libraco su ordenatoria razón de ser: las palabras estaban dispuestas alfabéticamenete según su última (y no primera) letra. Pensé que era cómodo solamente para los cultores de la rima consonante (¿habrá tenido Lugones uno?) y también pensé en comprarlo, pero el puestero ya había decidido darle un precio exorbitante al ver mi cara de desconcierto inicial.
Más tarde, esta carta me llevó a hacer una pesquisa un poco más extensa, y supe que se trata de un instrumento inútil al que se le hallaron rutinas igualmente extrañas.

No recuerdo la feria ni el puesto, pero hoy me juré conseguir uno desos.

Encuéntrese aquí un medio sagaz comentario sobre estos libros bizantinos. Cuidado: ciertas afirmaciones del autor pueden producir zozobra (por ejemplo, le aterra que algo inverso convoque la presencia de personas desviadas) y otras prueban que no es habitante de esta ciudad (pues le resulta gracioso que las entradas nazi y taxi estén tan próximas, mientras que cualquier porteño cocorito podría concederle una lógica de hierro a esa aparente causalidad ).

11.4.06

Fijman

¡Ah, cómo son de tristes las madureces!

la palabra mediana

Mi evanescente camarada RF* me ha prestado un libro prestado,** que es un libro hechicero. Puede bien ser un manual para escribir sobre el retrato de uno o puede ser una observación escrita sobre el cuerpo de uno. Lo tengo sólo por unos días y copio para no olvidar:

“Pensamiento que se me escapa, yo lo quería escribir; escribo, en cambio, que se me escapó.” (cita de Pascal)

“Mi cuerpo sólo me existe a mí mismo bajo dos formas corrientes: la jaqueca y la sensualidad (...) La jaqueca no es el grado realmente primero del malestar físico, y la sensualidad no es considerada, por lo regular, más que como una suerte de cenicienta del placer. En otras palabras, mi cuerpo no es un héroe.”

“Al hablar, no estoy seguro de que busco la palabra justa; busco más bien evitar la palabra estúpida. Pero como siento cierto remordimiento por renunciar demasiado pronto a la verdad, me atengo a la palabra mediana.”

RB

* Un detalle sobre RF: una de sus más ardientes extravagancias es escribir casi solamente en los márgenes de los libros. En cuanto a este propio libro, al autor tal vez le habría agradado el método. Habrá que preguntarle al dueño.
** El libro es de ST, de quien se reconoce con toda el alma su desprendimiento.

10.4.06

de las reglas

Qué consternación.
1. He decidido que aquí no más comentarios de cotillón cultural, no más falsa crítica musical, ni literaria ni cinematográfica, ni actualidad de a tres líneas ingeniosas (el ruiseñor deberá esperar en su módica jaula). De otro modo, todo se desdibuja.
2. He decidido no borrar ni media palabra de las puestas, pero tampoco continuar con nada que mi instinto escriturario más básico no quiera.
Esto es mío. Mi borrador. Y todo lo otro, a tomar por culo.

9.4.06

se você disser que eu desafino II (más virundum)

En este caso, mi malentendido es sintáctico y no léxico.
Siempre creí que la encantadora canción de TJ que da nombre a esta nota decía lo siguiente:
'Se você disser que eu desafino amor,
saiba que isto em mim provoca imensa dor...'

Pero un día supe que podría decir esto otro:
'Se você disser que eu desafino, amor,
saiba que isto em mim provoca imensa dor...'

Entre el apelativo y el objeto hay una coma y una distancia tan grande como de la luna a epcot center.
Entre 'desafinar amor' y simplemente desafinar, en un sentido tonal, hay una distancia interminable y honda e interminable.

se você disser que eu desafino

El áureo catálogo del bafilmfest presenta un documental sobre un músico llamado Daniel Johnston. Como no sabía de quién estamos hablando (me gustaría mucho suscribirme a la Inrokuptibles pero, ay, el papel ilustración es tan costoso), busqué algunas canciones para ir a la película más o menos advertido del asunto.
Y esto es lo que tengo para decir: si alguien creía que Robert Smith, Nick Cave, Marc Bolan o Morrisey desafinaban (adrede, como tropos-desafío a la cultura de la afinación), pues bien, ese alguien debería escuchar a este hospitalizado.

8.4.06

coming soon

Mi amigo Ruiz, 'el ruiseñor', acaba de dejar mi casa en ruinas, vacía de alcoholes, tabaco y alegría. Le había pedido hace unas semanas un breve artículo sobre la 'nueva literatura argentina' para un periódico vecinal con el que suelo colaborar. Pero Ruiz no me trajo ningún negro sobre blanco y, a cambio, me dejó una colección de agravios con nombre propio y desprecio a discreción.
De todos modos, tomé apuntes bastante detallados de sus diatribas. Ciertamente no me servirán para el diario, pero tal vez pueda copiar aquí algunas de las divagaciones críticas de mi amigo. Sólo para respetar su lectura, que conste.
Si es así, pronto será.

7.4.06

film fest

lo que hay y lo que no hay:
hay un catálogo, con una cubierta blanca como la leche, a como $ 20 el ejemplar.
hay grillas compasivas que incluyen las sinopsis.
hay, como el año pasado, un vip en donde había una feria: hay un asco ahí.
no hay todavía puffs de denim para que los estudiantes de cine se desparramen y balbuceen sus naderías.
hay ciento cincuenta mil quinientas Kiarostami. hay varias Rossellinis inéditas. hay interminables Perrones. una Lars Von Trier. una Herzog. una Gus Van Sant. una Jarmusch. una Dennis Hopper. una (otra) Kitano.
hay cerveza caliente a $ 4 en la brioche dorée.
y hay muchos otros detalles para abominar (véase, al respecto, este sitio combatiente).

En fin. Ya veremos.

6.4.06

benjamín

Oído hace minutos en la estridente radio de un taxi:
'Confirman que quien se bajó los pantalones y mostró sus genitales a un niño es el hijo del general Luciano Benjamín Menéndez.'
No sé más acerca de la noticia, y no quiero saber más.
Al parecer, el gusto por la exhibición de sus nimias facas sería hereditario en esta familia de puercos.

5.4.06

mi fantasma genitivo

es que él es un aparecido
al lado del manuel rud de los pantalones grises del muelle de la isla de la espera del león de mil novecientos ochenta al lado del señor luna del campito de las tardes de octubre de mil novecientos noventa y uno al lado de las piernas de lut de la camioneta cenicienta del cruce a panguipulli de enero de mil novecientos noventa y pico al lado de la facultad de veterinaria de vuelta con greta de la noche de mil novecientos noventa y algo al lado de oli de ema del payaso que dice damas y caballetes de algún día de dos mil seis al lado de la risa lívida del libro libertario de yanichevsky de las primeras mañanas de sol de mil novecientos ochenta y siete al lado del televisor de la habitación del hospital del once de junio de dos mil dos al lado del enojo de la hija de carmen del piso de abajo de junín y mitre de mil novecientos noventa y nueve al lado del pelo de carina de la carta perdida y encontrada en el patio florecido de mil novecientos y algo al lado mío,
y nosotros apenas una historia de genes briosos.

2.4.06

señas privativas

El disco (el surfer Harper) ha claudicado, y es hora de irme.
Anoto algunas cosas que tengo y no me gustan demasiado, que imagino irreversibles, y cuya lista se irá completando (o no, como dice Tom en su teléfono) con el correr de los días.
Además de un mundo de sensaciones, tengo:

Tendencia a sospechar más de las convicciones ajenas que de las mías y a completar, en voz baja pero audible, las frases de otros.
Dedo mayor de los pies considerablemente más largo que el pulgar.
Exceso de peso poco notable pero inquietante.
Volubilidad del ánimo de muy corta frecuencia.
Animadversión para con mi segundo nombre.
Prejuicios enérgicos.
Algunas canas.

Aunque ciertas fotos y mis seres queridos lo desmientan, hoy confirmé también que tengo la cara desmedidamente grande.

1.4.06

virundum

nota a 'osíase el osito'

El bueno de Idelber me cuenta que en portugués hay una palabra, virundum, para designar estos equívocos risueños con las letras de algunas canciones. Y que hay incluso sitios empeñados en recopilar y comentar virunduns conocidos e inéditos. Bueno, lógico: los brasileños tienen una lengua más escurridiza y tal vez menos timidez, lo que les permite hacer un palimpsesto deforme de algunas de sus canciones célebres.
Por mi plumífera parte, ya estoy casi seguro que el virundum es una forma del progreso poético y que casi todos perfeccionan su original.

Mientras tanto, por estos lares, hay un pequeño que sueña con encontrar, en la esquina atardecida de su escuela o en el parque, a esa niña fatal, hermosa como el color del cielo, que se llama Azulunala.

31.3.06

lo digo como lo veo*

Entre las orillas de la costumbre y el lirismo, este torrente de términos sin fin va derechito a ninguna parte.

Mejor así.

*el título no es mío, sino del Sr. Beckett

30.3.06

osíase el osito

Ciertas revelaciones deberían no producirse nunca.
De niño, alguna vez me enteré de que mi padre o alguno de sus amigos había creído –durante largo tiempo– que la espantosa canción El día que me quieras contenía los siguientes versos:
'Y un rayo misterioso
arácnido en tu pelo...'
Durante años estuve convencido de que en ese malentendido había un vestigio de genialidad, una clara señal reinterpretativa sin par.
Claro que no era la única confusión musical de la que tenía noticias. En las fechas patrias, en el patio de la escuela, los niños solíamos versionar la marcha Mi bandera con aquello de ‘Subín culos rompió’, o el Himno a Sarmiento augurándole ‘gloria y olor’ al 'glande entre los glandes'. Incluso tenía yo mi propia construcción de esa canción ‘abuela Walsh’* acerca un oso consumista que, en mi percepción, ‘se osía’ hedónicamente mientras recorría los pasillos de un almacén. Y creía yo que la autora, con buen tino rítmico, se había inclinado por el pronombre enclítico:
'Osíase el osito en el bazaaaar,
todo esto y mucho más quiso compraaar...'
Aunque más tarde algún cínico no dudó en aclararme que Osías era en realidad el nombre del animalito y no un verbo reflexivo, aún me enorgullece haber padecido aquel desarrelgo comprensivo.
Pero en arácnido en tu pelo había mucho más que burlas o enredos infantiles: arácnido en tu pelo era la exhalación poética nacida de un oyente, y ése era un oyente que circundaba mi propio círculo familiar. Una verdadera reliquia.
Sin embargo, con el paso de los años, comencé a intuir que había más gente que ostentaba la misma confusión. Para estos días, con la vecindad de incontables fuentes de información ilusoriamente privada, compruebo que hay infinidad de personas que malentendían la misma frase gótica en la balada melosa. Hay foros donde se ríen de esto y existe incluso una banda-homenaje con ese nombre y un buen poeta que tiene una página llamada así.
Ahora entendí. Ahora ya estoy desencantado y sé que arácnido en tu pelo no es un hallazgo mío, ni de mi padre, ni de su amigo: arácnido en tu pelo es sólo el resultado de la extraña dicción de Gardel o de la mala calidad sonora de un disco que muchos tuvieron.

* gracias, Oli

29.3.06

gallo ciego, gallo herido, gallo muerto

No conocía hasta ahora el origen del juego que da nombre a mí cubículo virtual, y ahora me place mucho más el título: parece que la transitada máxima profesional de OL ('primero publicar, después escribir') funciona en este tipo de soporte mejor que cualquier otro método escriturario.

Tampoco sabía del plectro de Andre Bretón:
...
"De lo que no veré nunca más
a causa de una venda maravillosa
que es la que utilizo al jugar al gallo ciego de las heridas."

En cuanto a la mecánica del jueguito en cuestión, no quisiera nunca ser el pobre animal enterrado pero tampoco me interesa ser quien sea 'declarado vencedor'.

hay metafísica bastante en no pensar en nada

Sí. Sí que hay.

por una poética de las necesidades básicas

Entre apuntes que creía prescindibles y estaba a punto de desechar para siempre, encuentro la fotocopia de esta carta. No sé cómo ha llegado a meterse aquí, pero imagino que tal vez se trate de un material de consulta para una de las tantas clases a las que tuve el (a veces muy discutible) honor de asistir cuando creía estudiar literatura.
Al parecer, la carta está escrita por un escritor para mí ignoto (aunque tal vez alguno de mis eruditos compadres pueda intuir de quién se trata) y aparentemente dirigida a su editora o agente literaria. No encuentro ningún otro apunte que pueda emparentarse con esta correspondencia, por lo cual cualquier información que complete la identidad de este burlesco personaje será muy bienvenida. La transcribo completa, letra por letra, sin obviar ni siquiera una coma. Por desgracia, la carta no está fechada.


Estimada Elena:
Tal lo hablado contigo en tu visita a mi casa, te detallo aquí mis requisitos biológicos, de habitación y recreación para mi establecimiento y estancia plena en tu ciudad (que en breve, y si todo se desenvuelve como debe, será también la mía) durante el período que dure mi labor allí.
Estas vituallas y objetos, querida Elena, son lo único que te pido. Del mismo modo, quiero que sepas que te pido estas cosas casi como rogando, pues poco puedo hacer en cuanto a trabajo sin que se cumplan a pie juntillas estas condiciones materiales.
Vivienda: Esto ya lo hemos discutido bastante en persona. Déjame recordarte, de todos modos, mis expectativas al respecto: el apartamento debería idealmente tener dos cuartos (uno necesariamente interno, con mucha luz natural y nada de ruido), una cocina no pequeña y una sala amplia. Un único cuarto de baño bastará, aunque sería agradable que tuviera una tina y espacio para abundante material de lectura. A propósito del baño, quiero pedirte que consigas de antemano un fontanero bien dispuesto para lidiar con el depósito del toilette, puesto que seguramente se romperá a poco de mi llegada (si es que entonces funciona). Esta solicitud puede parecerte producto de la más excéntrica manía, pero te aseguro que no hay siquiera uno de esos endemoniados aparatos que se resista a mis encantos.
Alimento: Puedo comer casi cualquier cosa, excepto pescados, mariscos y quesos demasiado fuertes u olientes. Eso sí: las carnes deberán estar cocidas de modo penetrante. Por lo demás, prefiero evitar lo agridulce. No se si hayas pensado ya en los horarios de quien se dedique a la cocina y la limpieza, pero prefiero que vaya al apartamento sólo por la mañana y que haga sus menesteres en un razonable silencio.
Líquidos: Ingiero líquidos constantemente. No puedo sentarme a escribir, no puedo pensar ni leer, no puedo hablar, no puedo hacer nada sin tener líquidos bien a mano. No se trata de una necesidad en el sentido fisiológico, sino de ansiedad en estado puro. En este punto, estimada Elena, te ruego seas generosa y hagas que tu gente me ateste el refrigerador y las alacenas con bebidas de todas las variedades: especialmente tengo predilección por los alcoholes fuertes y los suaves de casi todos los tipos (no por el ajenjo ni el vermouth herboso, que me resultan demasiado amargos). También bebo jugos, bebidas ligeras y agua. La leche no me es imprescindible.
Limones: El limón es muy importante para muchos de mis alimentos y bebidas. El limón, Elena, es en verdad indispensable.
Música: No puedo producir ni una carilla sin música. Por esto, necesito un aparato de radio con fidelidad y volumen decentes, y también, de ser posible, una lista de estaciones recomendadas con un detalle del tipo de música más habitualmente trasmitido en cada una.
Cigarrillos rubios: No deben ser suaves. A razón de cuarenta por día, aunque a veces pueda ser un poco más y rara vez un poco menos. Y ceniceros hondos y con hendiduras bien definidas y profundas: de estos últimos te ruego que haya una buena distribución en todos los rincones del apartamento, incluyendo especialmente el baño, el escritorio y el dormitorio.
Marihuana: Sólo la uso incidentalmente, aunque por períodos puedo sentir una extrañeza de ella si no la tengo. Debe ser preferiblemente de buena calidad. (No sé si te resulte sencillo conseguirme esto, Elena. Pero, si no es el propio artículo en cuestión, sería preciso que me agencies un proveedor fiable y accesible.)
Cocaína: Sólo la uso incidentalmente, aunque por períodos puedo sentir una somnolienta carestía de ella si no la tengo. Debe ser preferentemente de buena calidad. (Ídem artículo anterior)
Sexo: En alguna de las variedades que me apetecen (también esto lo hemos hablado, querida Elena), en dosis regulares e irregulares según convenga a mis humores. Como los apartados de arriba, no pretendo aquí un abastecimiento directo de tu parte, sino más bien que me facilites ciertos contactos que me permitan cubrir esta necesidad en tiempo y forma. Por supuesto, imagino que en este rubro podré, en sus diversos sentidos, autoabastecerme...
Viéndolo mejor, será más sensato que olvides lo que acabo de anotar: ya conversaremos tú y yo, con un jerecillo de por medio, más largo y con más detalle acerca de esta cuestión.
Calcetines: Si hace frío, ésta es una necesidad imperiosa. Incluso lo es en verano, salvo que cuente con jotas o sandalias apropiadas. De todos modos, estimada Elena, no te empeñes en conseguirme ese calzado ni ningún otro, pues soy en ese sentido bastante peculiar: la mayoría de los zapatos me hace doler el talón, los dedos e incluso los pies por completo. Por otra parte, estar descalzo me parece agradable aunque también poco higiénico e, inevitablemente, así haga cuarenta grados a la sombra, si camino descalzo termino por sentir que los pies se me hielan. Seguramente huelga decir que llevo mis propios calcetines. Sin embargo, es muy probable que, como siempre ocurre con estas esotéricas prendas, comiencen velozmente a desaparecer (a menudo de a uno por cada par) hasta terminar en unas semanas yo casi sin ellos. En fin, Elena: si en el armario encuentro una buena cantidad de calcetines nuevos, mi felicidad será grande y creo que aún mejor será mi trabajo.
Diccionarios: Uno etimológico, un inglés-español, uno francés-español, uno alemán-español, uno de uso de la lengua española, uno enciclopédico, una gramática (alcanzará con un compendio sintético). No quiero que creas que te pido en demasía ni que te pido aquello que debería conseguir por mis propios medios, pero llevo en mi equipaje suficientes libros como para cargar también los de referencia que, si no los tuviera tu gente, pueden conseguirse en cualquier librería de viejo de tu cultivado vecindario.

Cordialmente,
m.

ps: Como te anticipé, estoy trabajando en la novela. Tengo los dos primeros y el último capítulo ya escritos (aunque falta leer un poco y rescribir otro poco), y el resto en un boceto general que estimo bastante convincente. Te contaré más a mi arribo, e incluso tal vez pueda ya mostrarte algo.
En el apartado donde indico los libros de referencia, olvidé mencionar que también me serían útiles un tesauro y un diccionario inverso.
Finalmente, déjame pedirte que me concedas un último gusto: necesito que haya en la casa pañuelos, servilletas y paños secos en cantidades. Es para escurrir, pues suelo volcar café o té o whisky en el piso o en el escritorio, o echarme, por ejemplo, un vaso lleno de vino tinto sobre el pantalón. Soy irredimiblemente torpe (creo que esto ya lo sabes tú de la visita a mi casa) y no tengo la mínima precisión para calcular la distancia entre mis extremidades y las cosas que me rodean. Las personas como yo deberían vivir en casas vacías. Pero, claro está con todo lo anterior, no estoy pidiéndote una casa vacía.

28.3.06

coming soon

Queridos amigos y delicados vecinos:
Mal que les pese a los detractores del costumbrismo, próximamente podrán asistir Uds. a sendas entradas sobre cuestiones relativas a nuestro negado vecindario. Para que lleguen ya animados, anticipo que se incluirán consecutivamente algunas de las siguientes noticias barriales:


• Cuando desenjaulen la plaza, ¿inaugurará Telerman la calesita reformada?
• La inesperada desaparición de Parliamo y el sentido adiós a nuestro Mempo Gardinelli
• Slavoj Žižek: un honeymooner a todo Lacan entre las mesas de Isolda (investigación: E.M. Bebada)
• ¿Quién se curará en el Policlínico Bancario?
• De Chirico revisita La puerta de Alcalá
• Nuevo impulso avant-garde en Cocorito Norte (investigación: D.F. Maker)
• Confirmado: 'Las pastas de Candilejas son emeréticas' (investigación: Señora Norma)
• Avenida Gauna, reina de la desolación
• ¿Y el Saint Patrick's Day vecinal?
• Enigmática antena en la calle Espinosa
• Polémica intestina: ¿Estación de subte a ciento cincuenta cuadras o esculturas de mazapán de Wilde, Joyce y Rodol Fówalsh?
Al Sahara: células dormidas, odaliscos sudados y platos onerosos
• Rodrigo Fresal se pierde, no direction home, en Plaza Irlanda
• Dos kioscos notables: las rusas de Donato Álvarez y los incestuosos de Franklin
• La barriada en busca de un tal Muslip
• Seguí afirma: 'Neuquén es la mejor calle, porque es la única palíndroma' (investigación: F.F. Pedotti)
• PH de ricota (investigación: S.T. Boinadós)
• Los dos puntos y otras rarezas del Bar:Irlanda
• ¿Quién es el Monseñor 'Matt' Dillon?
Snoopy me mata (investigación: Oli, Valen, Mateo & Tato)
• Grandes combates de Cocorito Norte: Jimena Hernández contra las monjas negadoras (pelea de fondo de la pileta del Santa Unión)
• Una iglesia neogótica a la que nunca va nadie

• Desde su gallarda posición de centro geográfico, dijo el genocida ecuestre y literaturizado: 'No hay moros en Gaona, pero sí veo un montón de tipos fréneticos golpeando ollas'

¿Quo usque tandem, Amélie, abutere patientia nostra?

Acabo de recobrar un libro de Amélie Nothomb que presté sin leer. Se llama -con gran pompa y pretensión- Las Catilinarias. No sé si alguna vez lo leeré. Lo que si leí, invadido de profundo disgusto, fue su Diccionario de nombres propios. Me parece literatura retrógrada, aburrida y atada en sí misma a la imagen de hadita medieval o gnomo travestido e infantiloide con que dibujaron a AN algunos suplementos literarios. En fin. Para olvidar.

Las novelas de Houellebecq, en cambio y a pesar de tanta megalomanía y regodeo en la (su) decadencia, son para mí pura fruición. No encontré últimamente ninguna novela mejor que Las partículas elementales.
Bueno, sí: encontré Ruido de fondo, de Don DeLillo.
Pero ése es otro cacarear.

así no

Sigue ocupándome bastante esta diabólica plantilla y el hecho de que deba leerse todo de abajo hacia arriba, de lo más viejo a lo más nuevo.
Así, no.
Así, nunca vas a escribir una novela.
A propósito de novela: novela, no vela, no ve la... no ve la hora de escribir un blog.*

*gracias por a P y FF por la comicidad

segunda noche, aún más tarde

Diario de lectura blogosférica:
Estoy tan cansado.
Otra noche, que tal vez sea la de mañana, podré saber cuánto tiempo dedicaré a este breve espacio colgado en el medio de la nada magnética.

segunda noche, más tarde

Diario de lectura blogosférica (o 'lo que se usa'):
Estoy un poco cansado, pero supongo que acabo de entender lo que hay que hacer: escribir a pluma alzada, como a tomar por culo, a boca de jarro o por boca de ganso. A pluma alzada, claro, por boca de ganso. Parece que es así: las flamantes pandemias me han puesto más aviar de lo que ya soy por naturaleza.

segunda noche

Diario de lectura blogosférica (o 'mire Ud. lo que encontré'):
Las palabras son acá* más posibles y más epidérmicas. Tener la palabra es muy sencillo, y también tributarlas a trivialidades, a fragmentos sin justificaciones o a la egolatría como arte menor, así como a cierto tímido exhibicionismo o a una jactancia sin rodeos. En su mayoría, estas páginas agotan a las tres líneas. Otras irritan, indignan o escupen el ánimo si es que uno está de buen talante ese día. Hay, entre quienes anotan sus cosas, diletantes sin escrúpulos y diletantes con el entrenamiento sintáctico de un niño apenas en edad escolar. Hay aristócratas del hipervínculo y cultores del animé, de la teoría literaria, de las flores, de la fauna, del clasicismo, del clasismo, de la muerte en sus miles de formas, de las formas, de cualquier forma del sexo, de cualquier película, de la música, de los metales, del humanismo, de casi todas las cosas. Hay mensajes a los amigos y diatribas contra enemigos incógnitos. Hay poetas, críticos, religiosos, junkies y coleccionistas de toda calaña. Hay quienes se asumen genios literarios por sus meditadísimos cuatrocientos caracteres y también larguísimas monografías cut, paste & post de algún evidente trabajo parcial de una carrera de grado. Hay dislexia inocente, ostentación de la dislexia, falsos confesionarios y falsos confesores.
Parece ser que el ingenio es el estilo dominante y la complejidad, en cualquiera de sus variedades, algo de lo que hay que escapar como quien escapa del tiempo.
En tal imperio de la proliferación (tanta proliferación que ya no existe tal imperio), lo que más hay son palabras aliviadas de gravedad 'literaria': esto, desde mi plumífero punto de vista, parece ser una enorme novedosa cosa.

* Téngase a bien disculpar el denuedo metatextual: son desviaciones profesionales, recurrencias inevitables para mí a estas altas horas. A modo de excusa, contémplese mi oficio madrugador (las seis y ya cantando) y también que el metatexto es lo único que queda cuando, creativamente hablando, lo demás ha menguado sin retorno.

27.3.06

Lula Pena

Fadista a la que llegué por casualidad*, que canta con una guitarra que apenas toca ella misma como si acariciara sin ganas la cabeza de un niño hosco. Hago la pesquisa de rigor y encuentro algunos sitios que promocionan su disco** y también este lugar, que tenía (porque ahora han desaparecido) como único contenido dos fotos magníficas: asombraba ahí la enorme soledad de esa señora, asombraba la muda música en esa soledad y sorprendía también cómo puede concentrarse toda la península ibérica en una sola cara sola. Tengo algunas de sus canciones. De veras que son una buena rima para cualquier desconsuelo.

* Me acuerdo que ‘fado’ significa hado. Siguiendo el mandato supuesto de la palabrita y si alguna mañana invade la animosidad oracular, tendré que pensar por qué llegué a Lula Pena, y si no debería yo haber nacido más bien en Oporto que en Tartagal, y si no debería yo estar sentado en un taburete de una taberna lisboeta tocando una guitarra portuguesa, en lugar aquí, en esta silla cocorita, recomendando quién sabe qué a quién y por qué.

** El disco en cuestión se llama Phados.

de la química

Algunas de mis cosas se precian colgadas de alambres.
Alambres de fardo, fardos oxidados.

Ciertas palabras me oxigenan, lo que químicamente es lo mismo que decir 'me oxidan'.
Es así: ciertas palabras me oxidan.

Me detengo un instante.
Lo que tomo no está nada frío,
entonces voy a por más hielo.

A propósito de química, qué bien congela mi congelador.

Regina Spektor

Pianista a la que llegué por SV, de la que sí que molesta un poco cierta modulación emocional que es a las claras una marca de época (considérese por una parte a Björk y, por otra, a los nuevos cantautores-jovenes-algo-torturados-pero-más-aún-sensibles como Eliott Smith o Conor Oberst). Quiero decir: esta suma de canciones no irrita ni un poco en una primera audición, cosa que puede producir una lógica desconfianza.
Igual, al final o después de un rato (debe ser all that jazz que siempre parece dignificar cualquier cosa, pues por una misteriosa alquima armónica el jazz funciona como género dignificante de otros), la música de RS deja de pedir una escucha convencional y comienza a resultar bien sugerente.

donde digo digo, digo diego

Bueno. Aquí -en este exuberante minimundo magnético- hay una forma informe de la igualdad. ¿Qué hago entonces con esta afirmación cacareada tan temprano?

literatura de los principios

Es mi idea demorarme de tanto en vez (en una sección llamada, como se lee, 'literatura de los principios') con comienzos de relatos que quizás tengan (o quizás nunca tengan) su continuidad, su fin o su razón narrativa de ser.

Hay en el tren una mujer que viaja vestida de celeste. En las rodillas de esa joven duerme quien, niño ahora, será mañana un turbio e inclemente asesino a sueldo. El niño sueña con mujeres como su madre que -encaramadas en sólidos trenes celestes- lo llevan a un mundo sin más muertes que las de insectos o cosas terrestres que no merecen vida.

Treinta años después de ese tránsito en tren nunca recordado por nadie, aquel mismo niño -ahora adulto adusto- suprimirá, sin misericordia y sin sobresaltos del sueño o la razón, el espejismo de existencia de varias de las personas sobre las que en este propio tránsito de esta historia posible se habla.

Nota policial: Muere (asesinado) jefe político de ciudad hacinada y pobre.

Muere hombre en su ley; hombre muere a manos de aquel que supo ser pequeño y viajar en trenes de ensueño, en las rodillas de su madre celestial, niño que pudo ser ciertamente un 'varón de ingenio multiforme'; pero cierto es también que nadie (ni el hombre muerto por él, ni quien cuenta, ni la madre, ni quien lee) pudo trastocar el rumbo enmalezado que le había tocado en suerte.

26.3.06

primera noche

Diario de lectura blogosférica:
¡Pero qué bien! ¡Qué rizomático todo!
La democracia bloguista es tan conveniente y fantasiosa como la democracia a secas.

25.3.06

antenoche

En el principio fue el verblog.

24.3.06

el bloc ha muerto, viva el blog

Ahora tengo banda ancha y una computadora veloz y memoriosa.

Adiós a la escritura como caligrafía.
Adiós a mi reliquario electrónico, a la carpetita amarilla.
Adiós al romanticismo del cuaderno y la pilot.

lamento que hoy sea esta fecha odiosa

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