31.3.06

lo digo como lo veo*

Entre las orillas de la costumbre y el lirismo, este torrente de términos sin fin va derechito a ninguna parte.

Mejor así.

*el título no es mío, sino del Sr. Beckett

30.3.06

osíase el osito

Ciertas revelaciones deberían no producirse nunca.
De niño, alguna vez me enteré de que mi padre o alguno de sus amigos había creído –durante largo tiempo– que la espantosa canción El día que me quieras contenía los siguientes versos:
'Y un rayo misterioso
arácnido en tu pelo...'
Durante años estuve convencido de que en ese malentendido había un vestigio de genialidad, una clara señal reinterpretativa sin par.
Claro que no era la única confusión musical de la que tenía noticias. En las fechas patrias, en el patio de la escuela, los niños solíamos versionar la marcha Mi bandera con aquello de ‘Subín culos rompió’, o el Himno a Sarmiento augurándole ‘gloria y olor’ al 'glande entre los glandes'. Incluso tenía yo mi propia construcción de esa canción ‘abuela Walsh’* acerca un oso consumista que, en mi percepción, ‘se osía’ hedónicamente mientras recorría los pasillos de un almacén. Y creía yo que la autora, con buen tino rítmico, se había inclinado por el pronombre enclítico:
'Osíase el osito en el bazaaaar,
todo esto y mucho más quiso compraaar...'
Aunque más tarde algún cínico no dudó en aclararme que Osías era en realidad el nombre del animalito y no un verbo reflexivo, aún me enorgullece haber padecido aquel desarrelgo comprensivo.
Pero en arácnido en tu pelo había mucho más que burlas o enredos infantiles: arácnido en tu pelo era la exhalación poética nacida de un oyente, y ése era un oyente que circundaba mi propio círculo familiar. Una verdadera reliquia.
Sin embargo, con el paso de los años, comencé a intuir que había más gente que ostentaba la misma confusión. Para estos días, con la vecindad de incontables fuentes de información ilusoriamente privada, compruebo que hay infinidad de personas que malentendían la misma frase gótica en la balada melosa. Hay foros donde se ríen de esto y existe incluso una banda-homenaje con ese nombre y un buen poeta que tiene una página llamada así.
Ahora entendí. Ahora ya estoy desencantado y sé que arácnido en tu pelo no es un hallazgo mío, ni de mi padre, ni de su amigo: arácnido en tu pelo es sólo el resultado de la extraña dicción de Gardel o de la mala calidad sonora de un disco que muchos tuvieron.

* gracias, Oli

29.3.06

gallo ciego, gallo herido, gallo muerto

No conocía hasta ahora el origen del juego que da nombre a mí cubículo virtual, y ahora me place mucho más el título: parece que la transitada máxima profesional de OL ('primero publicar, después escribir') funciona en este tipo de soporte mejor que cualquier otro método escriturario.

Tampoco sabía del plectro de Andre Bretón:
...
"De lo que no veré nunca más
a causa de una venda maravillosa
que es la que utilizo al jugar al gallo ciego de las heridas."

En cuanto a la mecánica del jueguito en cuestión, no quisiera nunca ser el pobre animal enterrado pero tampoco me interesa ser quien sea 'declarado vencedor'.

hay metafísica bastante en no pensar en nada

Sí. Sí que hay.

por una poética de las necesidades básicas

Entre apuntes que creía prescindibles y estaba a punto de desechar para siempre, encuentro la fotocopia de esta carta. No sé cómo ha llegado a meterse aquí, pero imagino que tal vez se trate de un material de consulta para una de las tantas clases a las que tuve el (a veces muy discutible) honor de asistir cuando creía estudiar literatura.
Al parecer, la carta está escrita por un escritor para mí ignoto (aunque tal vez alguno de mis eruditos compadres pueda intuir de quién se trata) y aparentemente dirigida a su editora o agente literaria. No encuentro ningún otro apunte que pueda emparentarse con esta correspondencia, por lo cual cualquier información que complete la identidad de este burlesco personaje será muy bienvenida. La transcribo completa, letra por letra, sin obviar ni siquiera una coma. Por desgracia, la carta no está fechada.


Estimada Elena:
Tal lo hablado contigo en tu visita a mi casa, te detallo aquí mis requisitos biológicos, de habitación y recreación para mi establecimiento y estancia plena en tu ciudad (que en breve, y si todo se desenvuelve como debe, será también la mía) durante el período que dure mi labor allí.
Estas vituallas y objetos, querida Elena, son lo único que te pido. Del mismo modo, quiero que sepas que te pido estas cosas casi como rogando, pues poco puedo hacer en cuanto a trabajo sin que se cumplan a pie juntillas estas condiciones materiales.
Vivienda: Esto ya lo hemos discutido bastante en persona. Déjame recordarte, de todos modos, mis expectativas al respecto: el apartamento debería idealmente tener dos cuartos (uno necesariamente interno, con mucha luz natural y nada de ruido), una cocina no pequeña y una sala amplia. Un único cuarto de baño bastará, aunque sería agradable que tuviera una tina y espacio para abundante material de lectura. A propósito del baño, quiero pedirte que consigas de antemano un fontanero bien dispuesto para lidiar con el depósito del toilette, puesto que seguramente se romperá a poco de mi llegada (si es que entonces funciona). Esta solicitud puede parecerte producto de la más excéntrica manía, pero te aseguro que no hay siquiera uno de esos endemoniados aparatos que se resista a mis encantos.
Alimento: Puedo comer casi cualquier cosa, excepto pescados, mariscos y quesos demasiado fuertes u olientes. Eso sí: las carnes deberán estar cocidas de modo penetrante. Por lo demás, prefiero evitar lo agridulce. No se si hayas pensado ya en los horarios de quien se dedique a la cocina y la limpieza, pero prefiero que vaya al apartamento sólo por la mañana y que haga sus menesteres en un razonable silencio.
Líquidos: Ingiero líquidos constantemente. No puedo sentarme a escribir, no puedo pensar ni leer, no puedo hablar, no puedo hacer nada sin tener líquidos bien a mano. No se trata de una necesidad en el sentido fisiológico, sino de ansiedad en estado puro. En este punto, estimada Elena, te ruego seas generosa y hagas que tu gente me ateste el refrigerador y las alacenas con bebidas de todas las variedades: especialmente tengo predilección por los alcoholes fuertes y los suaves de casi todos los tipos (no por el ajenjo ni el vermouth herboso, que me resultan demasiado amargos). También bebo jugos, bebidas ligeras y agua. La leche no me es imprescindible.
Limones: El limón es muy importante para muchos de mis alimentos y bebidas. El limón, Elena, es en verdad indispensable.
Música: No puedo producir ni una carilla sin música. Por esto, necesito un aparato de radio con fidelidad y volumen decentes, y también, de ser posible, una lista de estaciones recomendadas con un detalle del tipo de música más habitualmente trasmitido en cada una.
Cigarrillos rubios: No deben ser suaves. A razón de cuarenta por día, aunque a veces pueda ser un poco más y rara vez un poco menos. Y ceniceros hondos y con hendiduras bien definidas y profundas: de estos últimos te ruego que haya una buena distribución en todos los rincones del apartamento, incluyendo especialmente el baño, el escritorio y el dormitorio.
Marihuana: Sólo la uso incidentalmente, aunque por períodos puedo sentir una extrañeza de ella si no la tengo. Debe ser preferiblemente de buena calidad. (No sé si te resulte sencillo conseguirme esto, Elena. Pero, si no es el propio artículo en cuestión, sería preciso que me agencies un proveedor fiable y accesible.)
Cocaína: Sólo la uso incidentalmente, aunque por períodos puedo sentir una somnolienta carestía de ella si no la tengo. Debe ser preferentemente de buena calidad. (Ídem artículo anterior)
Sexo: En alguna de las variedades que me apetecen (también esto lo hemos hablado, querida Elena), en dosis regulares e irregulares según convenga a mis humores. Como los apartados de arriba, no pretendo aquí un abastecimiento directo de tu parte, sino más bien que me facilites ciertos contactos que me permitan cubrir esta necesidad en tiempo y forma. Por supuesto, imagino que en este rubro podré, en sus diversos sentidos, autoabastecerme...
Viéndolo mejor, será más sensato que olvides lo que acabo de anotar: ya conversaremos tú y yo, con un jerecillo de por medio, más largo y con más detalle acerca de esta cuestión.
Calcetines: Si hace frío, ésta es una necesidad imperiosa. Incluso lo es en verano, salvo que cuente con jotas o sandalias apropiadas. De todos modos, estimada Elena, no te empeñes en conseguirme ese calzado ni ningún otro, pues soy en ese sentido bastante peculiar: la mayoría de los zapatos me hace doler el talón, los dedos e incluso los pies por completo. Por otra parte, estar descalzo me parece agradable aunque también poco higiénico e, inevitablemente, así haga cuarenta grados a la sombra, si camino descalzo termino por sentir que los pies se me hielan. Seguramente huelga decir que llevo mis propios calcetines. Sin embargo, es muy probable que, como siempre ocurre con estas esotéricas prendas, comiencen velozmente a desaparecer (a menudo de a uno por cada par) hasta terminar en unas semanas yo casi sin ellos. En fin, Elena: si en el armario encuentro una buena cantidad de calcetines nuevos, mi felicidad será grande y creo que aún mejor será mi trabajo.
Diccionarios: Uno etimológico, un inglés-español, uno francés-español, uno alemán-español, uno de uso de la lengua española, uno enciclopédico, una gramática (alcanzará con un compendio sintético). No quiero que creas que te pido en demasía ni que te pido aquello que debería conseguir por mis propios medios, pero llevo en mi equipaje suficientes libros como para cargar también los de referencia que, si no los tuviera tu gente, pueden conseguirse en cualquier librería de viejo de tu cultivado vecindario.

Cordialmente,
m.

ps: Como te anticipé, estoy trabajando en la novela. Tengo los dos primeros y el último capítulo ya escritos (aunque falta leer un poco y rescribir otro poco), y el resto en un boceto general que estimo bastante convincente. Te contaré más a mi arribo, e incluso tal vez pueda ya mostrarte algo.
En el apartado donde indico los libros de referencia, olvidé mencionar que también me serían útiles un tesauro y un diccionario inverso.
Finalmente, déjame pedirte que me concedas un último gusto: necesito que haya en la casa pañuelos, servilletas y paños secos en cantidades. Es para escurrir, pues suelo volcar café o té o whisky en el piso o en el escritorio, o echarme, por ejemplo, un vaso lleno de vino tinto sobre el pantalón. Soy irredimiblemente torpe (creo que esto ya lo sabes tú de la visita a mi casa) y no tengo la mínima precisión para calcular la distancia entre mis extremidades y las cosas que me rodean. Las personas como yo deberían vivir en casas vacías. Pero, claro está con todo lo anterior, no estoy pidiéndote una casa vacía.

28.3.06

coming soon

Queridos amigos y delicados vecinos:
Mal que les pese a los detractores del costumbrismo, próximamente podrán asistir Uds. a sendas entradas sobre cuestiones relativas a nuestro negado vecindario. Para que lleguen ya animados, anticipo que se incluirán consecutivamente algunas de las siguientes noticias barriales:


• Cuando desenjaulen la plaza, ¿inaugurará Telerman la calesita reformada?
• La inesperada desaparición de Parliamo y el sentido adiós a nuestro Mempo Gardinelli
• Slavoj Žižek: un honeymooner a todo Lacan entre las mesas de Isolda (investigación: E.M. Bebada)
• ¿Quién se curará en el Policlínico Bancario?
• De Chirico revisita La puerta de Alcalá
• Nuevo impulso avant-garde en Cocorito Norte (investigación: D.F. Maker)
• Confirmado: 'Las pastas de Candilejas son emeréticas' (investigación: Señora Norma)
• Avenida Gauna, reina de la desolación
• ¿Y el Saint Patrick's Day vecinal?
• Enigmática antena en la calle Espinosa
• Polémica intestina: ¿Estación de subte a ciento cincuenta cuadras o esculturas de mazapán de Wilde, Joyce y Rodol Fówalsh?
Al Sahara: células dormidas, odaliscos sudados y platos onerosos
• Rodrigo Fresal se pierde, no direction home, en Plaza Irlanda
• Dos kioscos notables: las rusas de Donato Álvarez y los incestuosos de Franklin
• La barriada en busca de un tal Muslip
• Seguí afirma: 'Neuquén es la mejor calle, porque es la única palíndroma' (investigación: F.F. Pedotti)
• PH de ricota (investigación: S.T. Boinadós)
• Los dos puntos y otras rarezas del Bar:Irlanda
• ¿Quién es el Monseñor 'Matt' Dillon?
Snoopy me mata (investigación: Oli, Valen, Mateo & Tato)
• Grandes combates de Cocorito Norte: Jimena Hernández contra las monjas negadoras (pelea de fondo de la pileta del Santa Unión)
• Una iglesia neogótica a la que nunca va nadie

• Desde su gallarda posición de centro geográfico, dijo el genocida ecuestre y literaturizado: 'No hay moros en Gaona, pero sí veo un montón de tipos fréneticos golpeando ollas'

¿Quo usque tandem, Amélie, abutere patientia nostra?

Acabo de recobrar un libro de Amélie Nothomb que presté sin leer. Se llama -con gran pompa y pretensión- Las Catilinarias. No sé si alguna vez lo leeré. Lo que si leí, invadido de profundo disgusto, fue su Diccionario de nombres propios. Me parece literatura retrógrada, aburrida y atada en sí misma a la imagen de hadita medieval o gnomo travestido e infantiloide con que dibujaron a AN algunos suplementos literarios. En fin. Para olvidar.

Las novelas de Houellebecq, en cambio y a pesar de tanta megalomanía y regodeo en la (su) decadencia, son para mí pura fruición. No encontré últimamente ninguna novela mejor que Las partículas elementales.
Bueno, sí: encontré Ruido de fondo, de Don DeLillo.
Pero ése es otro cacarear.

así no

Sigue ocupándome bastante esta diabólica plantilla y el hecho de que deba leerse todo de abajo hacia arriba, de lo más viejo a lo más nuevo.
Así, no.
Así, nunca vas a escribir una novela.
A propósito de novela: novela, no vela, no ve la... no ve la hora de escribir un blog.*

*gracias por a P y FF por la comicidad

segunda noche, aún más tarde

Diario de lectura blogosférica:
Estoy tan cansado.
Otra noche, que tal vez sea la de mañana, podré saber cuánto tiempo dedicaré a este breve espacio colgado en el medio de la nada magnética.

segunda noche, más tarde

Diario de lectura blogosférica (o 'lo que se usa'):
Estoy un poco cansado, pero supongo que acabo de entender lo que hay que hacer: escribir a pluma alzada, como a tomar por culo, a boca de jarro o por boca de ganso. A pluma alzada, claro, por boca de ganso. Parece que es así: las flamantes pandemias me han puesto más aviar de lo que ya soy por naturaleza.

segunda noche

Diario de lectura blogosférica (o 'mire Ud. lo que encontré'):
Las palabras son acá* más posibles y más epidérmicas. Tener la palabra es muy sencillo, y también tributarlas a trivialidades, a fragmentos sin justificaciones o a la egolatría como arte menor, así como a cierto tímido exhibicionismo o a una jactancia sin rodeos. En su mayoría, estas páginas agotan a las tres líneas. Otras irritan, indignan o escupen el ánimo si es que uno está de buen talante ese día. Hay, entre quienes anotan sus cosas, diletantes sin escrúpulos y diletantes con el entrenamiento sintáctico de un niño apenas en edad escolar. Hay aristócratas del hipervínculo y cultores del animé, de la teoría literaria, de las flores, de la fauna, del clasicismo, del clasismo, de la muerte en sus miles de formas, de las formas, de cualquier forma del sexo, de cualquier película, de la música, de los metales, del humanismo, de casi todas las cosas. Hay mensajes a los amigos y diatribas contra enemigos incógnitos. Hay poetas, críticos, religiosos, junkies y coleccionistas de toda calaña. Hay quienes se asumen genios literarios por sus meditadísimos cuatrocientos caracteres y también larguísimas monografías cut, paste & post de algún evidente trabajo parcial de una carrera de grado. Hay dislexia inocente, ostentación de la dislexia, falsos confesionarios y falsos confesores.
Parece ser que el ingenio es el estilo dominante y la complejidad, en cualquiera de sus variedades, algo de lo que hay que escapar como quien escapa del tiempo.
En tal imperio de la proliferación (tanta proliferación que ya no existe tal imperio), lo que más hay son palabras aliviadas de gravedad 'literaria': esto, desde mi plumífero punto de vista, parece ser una enorme novedosa cosa.

* Téngase a bien disculpar el denuedo metatextual: son desviaciones profesionales, recurrencias inevitables para mí a estas altas horas. A modo de excusa, contémplese mi oficio madrugador (las seis y ya cantando) y también que el metatexto es lo único que queda cuando, creativamente hablando, lo demás ha menguado sin retorno.

27.3.06

Lula Pena

Fadista a la que llegué por casualidad*, que canta con una guitarra que apenas toca ella misma como si acariciara sin ganas la cabeza de un niño hosco. Hago la pesquisa de rigor y encuentro algunos sitios que promocionan su disco** y también este lugar, que tenía (porque ahora han desaparecido) como único contenido dos fotos magníficas: asombraba ahí la enorme soledad de esa señora, asombraba la muda música en esa soledad y sorprendía también cómo puede concentrarse toda la península ibérica en una sola cara sola. Tengo algunas de sus canciones. De veras que son una buena rima para cualquier desconsuelo.

* Me acuerdo que ‘fado’ significa hado. Siguiendo el mandato supuesto de la palabrita y si alguna mañana invade la animosidad oracular, tendré que pensar por qué llegué a Lula Pena, y si no debería yo haber nacido más bien en Oporto que en Tartagal, y si no debería yo estar sentado en un taburete de una taberna lisboeta tocando una guitarra portuguesa, en lugar aquí, en esta silla cocorita, recomendando quién sabe qué a quién y por qué.

** El disco en cuestión se llama Phados.

de la química

Algunas de mis cosas se precian colgadas de alambres.
Alambres de fardo, fardos oxidados.

Ciertas palabras me oxigenan, lo que químicamente es lo mismo que decir 'me oxidan'.
Es así: ciertas palabras me oxidan.

Me detengo un instante.
Lo que tomo no está nada frío,
entonces voy a por más hielo.

A propósito de química, qué bien congela mi congelador.

Regina Spektor

Pianista a la que llegué por SV, de la que sí que molesta un poco cierta modulación emocional que es a las claras una marca de época (considérese por una parte a Björk y, por otra, a los nuevos cantautores-jovenes-algo-torturados-pero-más-aún-sensibles como Eliott Smith o Conor Oberst). Quiero decir: esta suma de canciones no irrita ni un poco en una primera audición, cosa que puede producir una lógica desconfianza.
Igual, al final o después de un rato (debe ser all that jazz que siempre parece dignificar cualquier cosa, pues por una misteriosa alquima armónica el jazz funciona como género dignificante de otros), la música de RS deja de pedir una escucha convencional y comienza a resultar bien sugerente.

donde digo digo, digo diego

Bueno. Aquí -en este exuberante minimundo magnético- hay una forma informe de la igualdad. ¿Qué hago entonces con esta afirmación cacareada tan temprano?

literatura de los principios

Es mi idea demorarme de tanto en vez (en una sección llamada, como se lee, 'literatura de los principios') con comienzos de relatos que quizás tengan (o quizás nunca tengan) su continuidad, su fin o su razón narrativa de ser.

Hay en el tren una mujer que viaja vestida de celeste. En las rodillas de esa joven duerme quien, niño ahora, será mañana un turbio e inclemente asesino a sueldo. El niño sueña con mujeres como su madre que -encaramadas en sólidos trenes celestes- lo llevan a un mundo sin más muertes que las de insectos o cosas terrestres que no merecen vida.

Treinta años después de ese tránsito en tren nunca recordado por nadie, aquel mismo niño -ahora adulto adusto- suprimirá, sin misericordia y sin sobresaltos del sueño o la razón, el espejismo de existencia de varias de las personas sobre las que en este propio tránsito de esta historia posible se habla.

Nota policial: Muere (asesinado) jefe político de ciudad hacinada y pobre.

Muere hombre en su ley; hombre muere a manos de aquel que supo ser pequeño y viajar en trenes de ensueño, en las rodillas de su madre celestial, niño que pudo ser ciertamente un 'varón de ingenio multiforme'; pero cierto es también que nadie (ni el hombre muerto por él, ni quien cuenta, ni la madre, ni quien lee) pudo trastocar el rumbo enmalezado que le había tocado en suerte.

26.3.06

primera noche

Diario de lectura blogosférica:
¡Pero qué bien! ¡Qué rizomático todo!
La democracia bloguista es tan conveniente y fantasiosa como la democracia a secas.

25.3.06

antenoche

En el principio fue el verblog.

24.3.06

el bloc ha muerto, viva el blog

Ahora tengo banda ancha y una computadora veloz y memoriosa.

Adiós a la escritura como caligrafía.
Adiós a mi reliquario electrónico, a la carpetita amarilla.
Adiós al romanticismo del cuaderno y la pilot.

lamento que hoy sea esta fecha odiosa

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