víctimas de víctimas
Hace algunos días, por la tarde, en la calle Gallo.
Una mujer joven sale con aspecto impaciente de una farmacia. En el umbral, gritonea en dirección a alguien que permanece en el negocio. La mujer está inquieta.
—¡Electra, vamos! No, Electra... ¡Tenemos que irnos ya! ¡Electra!
Apelada por tanta urgencia, finalmente Electra sale de la farmacia. Puchereando con su raya al medio y sus trenzas, vestida todos sus seis añitos de verde manzana, Electra se va con su madre en la mano y con su pesada mochila de Hello Kitty en las espaldas.
Semejante iluminación trágica en pleno presente puede resultar cómica, pero juro que me asaltaron algunas ganas de llorar junto a madre e hija por, ay, lo que el futuro pueda depararles.
Una mujer joven sale con aspecto impaciente de una farmacia. En el umbral, gritonea en dirección a alguien que permanece en el negocio. La mujer está inquieta.
—¡Electra, vamos! No, Electra... ¡Tenemos que irnos ya! ¡Electra!
Apelada por tanta urgencia, finalmente Electra sale de la farmacia. Puchereando con su raya al medio y sus trenzas, vestida todos sus seis añitos de verde manzana, Electra se va con su madre en la mano y con su pesada mochila de Hello Kitty en las espaldas.
Semejante iluminación trágica en pleno presente puede resultar cómica, pero juro que me asaltaron algunas ganas de llorar junto a madre e hija por, ay, lo que el futuro pueda depararles.
perpetrado por ژ ژ gallo a las 17:06
6 Comments:
conocí una vez una chica llamada antígona. pero me dijo que sufría más porque la gente le estallaba en confundidos ¿eh? cada vez que ella decía su nombre que cualquier implicancia sofocleana.
Pensé que era la perra, bueno, por lo menos la nena no tiene un sweater de 6 colores, y patas cortas.
Creo.
¡Electra! ¡Enamorate vos de papá, que yo no tengo tiempo!
(Sonaba así, ¿no es cierto?)
Este comentario, que no dejará ningún tipo de espacio a la reflexión, consistente simplemente en poner en práctica mi derecho de agregar algunas palabras, fuera de contexto, a esta interesante página.
Gracias por la "libertad de expreción", no sé si la merezco.
debo agregar también, que la falta de velocidad en la respuesta, a la que me tiene acostumbrado el Messenger, me provoca cierta inquietud.
me acostumbraré, dicen.
Yo tenía un amigo que creía que el edipo se curaba con un susto.
Se vive rodeado de tanta torpeza.
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